Dime qué foto cuelgas y te diré...
Facebook: un espacio para construir la imagen deseada
La información con que llenamos las casillas del popular Facebook no dice en realidad mucho sobre nosotros. Ya no importa tanto detallar qué cosas nos gustan o no, cuáles son nuestros hábitos, pasatiempos o citas preferidas. Hoy —en la red social que más atención acapara entre los jóvenes— nuestra identidad se devela a través de las fotos que publicamos y de las aplicaciones con las que decoramos nuestra página personal.
EL FIN DE LA ORIGINALIDAD
Nicolás Figari tiene 23 años, no tiene Facebook, es fotógrafo y está preparando una tesis que analiza las imágenes que se publican en las redes sociales. “Es imposible definir a una persona como única u original. Mi tesis trata sobre los efectos de la tecnología en la sociedad y en la persona como individuo, pero más importante aun en la forma en que estas interactúan”, dice Nicolás, quien ha enriquecido su trabajo con teorías de autores diversos, desde Jean Baudrillard hasta el genial Andy Warhol.
Las fotos que encontramos en Facebook (o en cualquier otra red) suelen tener planos cerrados. “Eso delimita mejor el espacio. Es como decir esta es mi página, esta persona soy yo, mírame. La mayoría de personas se muestra como le gustaría ser y, sin querer, acaba encajando en un grupo de gente predeterminado”, afirma Nicolás, quien ha encontrado distintas tipologías en las fotos de los perfiles de las redes sociales.
Según su estudio, los diez grupos de fotos más comunes son: 1) Las mejores amigas (o imágenes de gente divirtiéndose, siempre contenta); 2) Las artísticas (sale la persona sola, posando sin posar, en una imagen que suele estar en blanco y negro); 3) Los creativos (juegan con el Photoshop y los colores, a veces para disimular algún defecto natural); 4) Los deportistas (pueden incluir fotos reales o no, y buscan proyectar una imagen saludable); 5) Las cinturitas o los cuerpotes (chicos y chicas semidesnudos, musculosos o con poca ropa); 6) Con la pareja, con el bebe o padres con hijos (buscan hacerse de una imagen familiar); 7) Hombre con moto, hombre con carro (íconos de una construcción machista); 8) Chicas haciendo la señal de la victoria (sinónimo de éxito y superación); 9) Chicos con mascotas (el amor hacia los animales proyecta una imagen de ternura y sensibilidad); y 10) Los extranjeros (gente que se fotografía con el fondo de un paisaje universalmente reconocible: Times Square, Torre Eiffel, estadio de Boca Juniors, etcétera).
¿EN QUÉ ESTÁS PENSANDO?
ariana (22) tiene más de 1.500 fotos en Facebook, y para ella es tan sencillo como tener un álbum virtual. “Cuando guardas una foto nunca conservas una que no te guste, con las fotos que cuelgas en Facebook pasa lo mismo, solo que las compartes con tus amigos más rápido y esperas sus respuestas. Ya no los invitas a tu casa a tomar café y mostrarles todas las fotos que te tomaste, ahora las dejas para que ellos las vean cuando quieran”, comenta.
Mariana puede tener razón, salvo por un detalle: en Facebook no solo incluyes a los amigos que invitarías a tu casa, ya que las redes sociales permiten que personas que nunca antes se hubieran conectado ahora lo hagan fácilmente.
Pero no solo construimos imagen con la foto de nuestro perfil. Cual “nick” de Messenger, la barra de estado de Facebook (que te invita a escribir en qué estás pensando) brinda una nueva forma de darse a conocer. Muchas veces respondemos a esa pregunta al paso, sin poner el mismo cuidado que se tiene al llenar casillas del tipo “actividades”, “intereses” o “música favorita”.
NECESITO OTRA VIDA
La psicóloga Graciela Morales habla de la necesidad de crear una imagen virtual y exponerla al público. “Lo que uno quiere ser, más que lo que uno verdaderamente es, no solo se dice en imágenes. El hecho de poner determinadas cosas que dan a conocer tu estado de ánimo también es una manera de llamar la atención”.
Entonces, ¿construimos la imagen de alguien que no somos entre fotografías, frases y comentarios? “Sí y no”, responde la doctora Morales. “Para algunos puede significar llenar un vacío generado en el mundo real, ya sea afectivo, social o de autoestima. Reforzar o crear imágenes en las redes sociales les puede demandar mucho tiempo y dejan de lado las cosas del mundo real. Ponen su atención en imágenes ficticias y se dejan llevar por un mundo virtual, cuando la realidad es totalmente distinta”, sentencia Graciela.
Ella considera que para las generaciones más jóvenes tener una vida virtual como prolongación (o como parte de la real) es completamente normal. “El problema está cuando se intenta reemplazar la vida real con la virtual”, agrega.
El nuevo refrán de estos tiempos parecería ser: “Dime qué fotos cuelgas y qué frases usas y te diré qué imagen proyectas”. Sin embargo, la psicóloga Morales hace una aclaración: “No siempre nuestros ciberamigos decodifican los mensajes que enviamos a través de las redes sociales de la forma en que esperamos; a veces el mensaje decodificado es totalmente diferente a lo que se esperaba cuando se envió”.
Es cierto que no todos asumen una pose cuando actualizan sus fotos o su información, pero es claro que inconscientemente la mayoría crea y refuerza imágenes de lo que le gustaría ser para los demás.